Ir al contenido principal

Curso “Madrid, historia de una villa milenaria”





Buenos y nublados días desde nuestro Madrid del alma :)

Según los datos proporcionados por la web de la Aemet, en el centro de la ciudad andamos por los 7,5º, tenemos un 75% de humedad (más que ayer) y vientecillo del oeste de 5 km/h con rachas de hasta 10 km/h. Según la terminología tenemos “ventolina” (1.1-5.5 km/h) = El humo indica la dirección del viento. Pues eso.

Para hoy está prevista una temperatura máxima de 11º y, a pesar de las nubes, no lloverá. Según la Aemet, hay un 0% de riesgo de que caigan algunas gotas. De todas maneras, no está de más llevar el paraguas, que ya sabemos que la profesión de meteorólogo es la mejor de todas, por muy mal que lo haga uno, no le despiden nunca. En cualquier otra profesión, si uno lo hace mal muchas veces, se va a la calle.

Las nubes impedirán ver la puesta de sol que será a las 17:49 horas y la luna, lunita, lunera, cascabelera, está ya al 85,84% de su visibilidad.

Esto es Prensa y Libros con alegría y simpatía y empezamos con la siguiente noticia:

La Biblioteca Regional ha programado para 2015 el curso “Madrid, historia de una villa milenaria”.

El curso, de carácter anual y gratuito, propone un estudio de Madrid en tres fases: De fortaleza medieval a corte de Felipe II (850-1598), Entre Austrias y Borbones (siglos XVII-XVIII)y De capital del Estado a gran metrópoli (1808-2008).

   Está impartido por los profesores del Centro de Documentación y Estudios para la Historia de Madrid de la Universidad Autónoma de Madrid, Rafael Gili Ruiz y Fernando Velasco Medina, Las clases comenzarán en enero y se prolongarán hasta el mes de diciembre a excepción de los meses estivales. Se puede consultar más información aquí.

Para participar hay que ser socio de las Bibliotecas de la Comunidad de Madrid e inscribirse en la propia Biblioteca Regional o en la web. Hay dos turnos, uno por la mañana y otro por la tarde.

¡Muy interesante el curso, sí!



Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Por qué los madrileños llaman Lista a la calle de José Ortega y Gasset?

La calle de José Ortega y Gasset recibió este nombre en 1955, cuando se eliminó su primera denominación, calle de Lista, el cual se asignó en 1871 y estaba dedicada al sacerdote, escritor y matemático sevillano del siglo XVII, Alberto Rodríguez Lista y Aragón.  A pesar de los años transcurridos desde que recibió su nueva denominación, popularmente, los madrileños la siguen llamando Lista, quizá también por la permanencia del nombre en la estación de metro. Del libro “Los porqués de Madrid”, Isabel Gea. Ediciones La Librería. ___ edición. ___ €. http://www.edicioneslalibreria.es/  

Origen del nombre de Moncloa

El distrito de Moncloa debe su nombre a los condes de Monclova (con v) ‑título que ostentan actualmente los duques del Infantado-, dueños de gran parte de los terrenos donde hoy se asienta el distrito.  Los condes residían en el antiguo palacete de la Moncloa el cual pasó a distintos propietarios y fue destruido durante la Guerra Civil, por ser toda esta frente de batalla.  El actual palacio de la Moncloa, mucho menor en tamaño, se construyó imitando el estilo antiguo del primitivo.  Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte Isabel Gea. Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€. http://www.edicioneslalibreria.es/

¿Por qué el edificio del Teatro Real tiene forma de ataúd?

El Teatro Real se construyó en el solar del antiguo teatro de los Caños del Peral que fue derribado por su mal estado en 1817. Un año más tarde, comenzó la construcción del nuevo teatro que se prolongó a lo largo de más de treinta años, siendo inaugurado en 1850 por la reina Isabel II. La planta del teatro resultó muy forzada por el solar que ocupaba, lo que había obligado al arquitecto Antonio López Aguado a articular la sala y el escenario de tal manera que quedaron muchos espacios vacíos así como un difícil tránsito a través de las alas y de las cajas de escaleras. Como la entrada por la plaza era de uso exclusivo para la familia real, y el público entraba por la fachada posterior en la plaza de Isabel II, los espectadores se veían obligados a recorrer interminables pasillos y escaleras. Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico señaló que «este edificio [el teatro] tiene la planta mas ingrata que para un edificio de esta clase ha podido elegirse». En cualquier calleje