Ayer se
superaron los niveles de dióxido de nitrógeno permitidos en dos estaciones de
medición: las Escuelas Aguirre y Ramón y Cajal, según informó el Servicio de
Protección de la Atmósfera del Ayuntamiento. Y el consistorio, una vez más,
recomendó el uso del transporte público como medida para bajar la contaminación
pues aún no ha aprobado el plan de choque que anunció en el mes de julio.
Nuestra
querida y nunca bien ponderada alcaldesa anunció a bombo y platillo en julio el
«Protocolo de actuación para episodios de contaminación por dióxido de
nitrógeno en función de la zonificación del municipio» (se puede consultar el
pdf de 26 páginas en http://www.mambiente.munimadrid.es/opencms/export/sites/default/calaire/Anexos/Resumen_del_PROCEDIMIENTO_DE_INFORMACION_Y_ALERTA_A_LA_POBLACION-AGMASyM.pdf)
pero... ni ha entrado en vigor ni se sabe cuándo lo hará, fuentes del
ayuntamiento señalan «que su tramitación administrativa se alargará todavía durante
un tiempo indefinido».
Mientras
los madrileños respiramos un aire contaminado la Comisión Europea nos amenaza
con una multa millonaria por la contaminación que supera los límites legales
desde ¡2010! Y aquí seguimos como si no pasara nada.
Se da
la circunstancia de que Ana Botella antes que alcaldesa fue concejal de Medio
Ambiente y siempre se ha negado a aplicar las medidas contra la contaminación «alegando
que causaría molestias a los ciudadanos y daño a la actividad económica y
apenas incidiría en una mejora en la calidad del aire.».
Aunque los niveles de dióxido de nitrógeno han descendido un
25% desde 2011, no es suficiente para la Unión Europea, de ahí que la alcaldesa
decidiera poner remedio a tan alta contaminación, ¿cómo? con los parquímetros
inteligentes, que penalizan a los vehículos más contaminantes y sube la tarifa
a los vehículos diésel.
¡¡Bravo por la alcaldesa!! Un aplauso por su iniciativa para
paliar la contaminación. No es una medida recaudatoria, dijo cuando anunció la
sustitución de los viejos y caducos parquímetros.
La alcaldesa nos toma por tontos a los madrileños e intenta
hacernos creer que solo busca reducir los índices de contaminación mediante los
parquímetros inteligentes.
El caso es que el buen tiempo, asentado desde hace muchos
días en este largo “veroño”, ha convertido el aire de Madrid completamente irrespirable y, a la vista de
las medidas adoptadas por el Ayuntamiento, es decir, ninguna, habrá que salir a
la calle con mascarilla. Y no es ninguna tontería.
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