El banco de semillas del Instituto Madrileño para la Investigación y el Desarrollo Rural Agrario y
Alimentario (IMIDRA), que depende de la Comunidad de Madrid,
tiene 167 variedades de semillas autóctonas: ajos de Chinchón, melones de
Villaconejos, tomates de Aranjuez, acelgas de Fuenlabrada... la variedad de la
huerta madrileña es muy extensa y, al mismo tiempo, desconocida.
Además de recolectar y catalogar las simientes, «realizan
cientos de catas para determinar cuáles son las mejores variedades, las que
mejor se adaptan, las más nutritivas y sabrosas. “Este año nos hemos centrado
en estudiar las acelgas, las lechugas, el pimiento y la cebolla madrileñas para
determinar qué variedades son las mejores”», tal como cuenta Félix Cabello,
director del departamento de investigación agroalimentaria del instituto.
Quien quiera hacerse con semillas castizas no tiene más que
acercarse a Matadero Madrid. Ecosecha, cooperativa ecológica se da cita en
pleno Legazpi: «todos los primeros jueves de cada mes, organizadores y
asistentes convierten el terrario en una especie de mercadillo de trueque, en
el que las semillas entran y salen de sus cajas».
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