En abril de 1638 se produjo en Madrid un "sanfermín" improvisado que pilló a sus habitantes en la más completa indefensión.
El suceso es como sigue:
Como en el Retiro había prevista una corrida de toros, fueron conducidos unos cuantos hasta allí, pero algunos de ellos se escaparon sembrando el pánico por las calles de la ciudad. Uno de ellos mató a una vieja que estaba lavando ropa en el arroyo del Prado (hoy paseo del mismo nombre).
¿Se imaginan hoy a una mujer lavando la ropa en medio del paseo?
Claro que entonces el arroyo estaba fuera de la ciudad y era un lugar de lo más tranquilo.
Pero ésta no es la única escapada que han protagonizado los toros.
Años antes, en 1613, mientras las hijas de Felipe III iban en coche al convento de las Descalzas, se les cruzó una vaca suelta que asustó a los caballos haciéndoles levantarse en alto. La cosa no pasó de un susto gracias a que en ese momento pasaban varios coches de caballeros quienes rápidamente dieron muerte a la asustada vaca.
También a principios del siglo XX, se escapó uno de los toros que era conducido al coso que había junto a la Puerta de Alcalá.
Cuenta Fernández de los Ríos que el animal, contento con su inesperada libertad, se fue a meter bajo un calesín «y con dos manolas, el calesero y el caballo» echó a correr a toda velocidad. ¡Buena la armó el animal!
Y no fue el último toro que se escapó, pues en los años veinte del siglo XX, otro lo hizo por la Gran Vía provocando el temor de no pocos transeúntes, pero el relato lo dejo para más adelante pues es una historia más larga.
Del libro "Curiosidades y anécdotas de Madrid 2ª parte". Isabel Gea. Ediciones La Librería. 4ª edición. 6,50€
http://www.edicioneslalibreria.es/
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